Transición energética en la República Dominicana
Estado actual y perspectivas futuras
La energía es un facilitador del desarrollo humano; es decir, por sí sola apenas es suficiente para crear riqueza o un cambio drástico de las condiciones de vida, pero sin ella es imposible el desarrollo como lo conocemos hoy.
A pesar de la fuerte expansión de las energías renovables en nuestro país existen retos para su sostenibilidad; por un lado, sigue habiendo cierto escepticismo de algunos sectores de la política y la economía y por el otro, los avances a nivel normativo, regulatorio y tecnológico se ven limitados por la baja ampliación de la red nacional y la inexistencia del sistema de almacenamiento.
La República Dominicana cuenta con la matriz de generación energética más diversa de Centroamérica y la región del Caribe insular al alcanzar una potencia instantánea estable de más de 4,500.00 MW, procedentes fundamentalmente de ocho fuentes distintas de generación. Estas oscilan entre un 12.9 % y un 17.8 % para fuentes renovables según la época, los horarios y las variables climáticas diarias; y entre un 82.2 % y un 87.1 % generado a partir de fuentes fósiles y productos derivados del petróleo, principalmente el carbón mineral, el gas natural y el fuel oil (N.o 6 y N.o 2), los cuales poseen un alto potencial de contaminación.
La transición hacia sociedades bajas en carbono debe tener como meta principal los efectos inmediatos de la transición energética, pero rectificando los problemas estructurales del régimen energético actual, convirtiéndolo en justo para los países más vulnerables del planeta, como la República Dominicana.